martes, 7 de julio de 2015

viernes, 26 de junio de 2015

la necesidad de escribir

Me preguntan... "¿Quieres vivir de lo que escribes?" No es que quiera vivir de ella, es que no sé vivir sin escribir, sin crear historias en mi mente, si plasmarlas en un papel, sin dejarme llevar por ese torbellino que hace que mi mano vaya más rápido que mi propia mente.
Me enamoro de mis personajes, los odio, me enfado con ellos, comparto sus alegrias y sus tristezas... Son reales para mi, durante un tiempo, mientras "dibujo" sus vidas en un papel, son reales... Llegan incluso a obsesionarme. Intento meterme en su mente, sin darme cuenta que han sido ellos los que se han metido en la mia... Pero si hasta sueño con ellos...
Escribo porque no sé vivir sin hacerlo. Porque todo el cuerpo me lo pide. Pero no os voy a negar el vuelco que dió mi corazón la primera vez que tuve un ejemplar de "Remiendos del Pasado" entre las manos... El olor a libro nuevo. Ver esa portada que me tiene enamorada, con mi nombre en ella. Me daba hasta miedo tocarlo. Como si fuera a desvanecerse entre mis manos. Como si este sueño no se estuviera haciendo real...
Pero lo es. Y yo no puedo más que sentirme agradecida por todos los que me estáis acompañando en este viaje. Es increible el apoyo que estoy recibiendo.
Muchas gracias por ayudarme a hacer realidad esos castillos en el aire que se dibujaban en mi mente desde la primera vez que cogí un boligrado y un papel, reforzáis aún más esa necesidad de escribir.

martes, 2 de junio de 2015

Beatriz

Tenía 5 años. Nueva ciudad. Nueva casa. Nuevo cole... Decir que recuerdo perfectamente como me sentía sería muy optimista o, quizás, soñadora... Pero sí recuerdo mirar hacia el patio del colegio, que entonces me pareció enorme, y no tenerlas todas conmigo.
No recuerdo quien me dejó en la fila. No tengo ese recuerdo. Sólo recuerdo observar el pelo rizado y castaño claro (para mí era rubio pero ella siempre se ha empeñado en decir que no es rubio, jeje). Recuerdo como le di un toque en el hombro, como se volvió, sonrió y, sin mediar ni una sola palabra, salimos de la fila y empezamos a correr, persiguiéndonos mutuamente, riendo a carcajadas como sólo pueden reir los niños...
Hoy, 2 de junio de 2015, Beatriz cumple 34 años. Atrás quedaron los parvulos, atrás quedaron esas carreras alocadas por el patio... Pero ahí seguimos. Sin necesidad de hablar para saber lo que la otra piensa; las dos niñas a las que los profesores en un alarde de imaginación llamaban "Zipi y Zape" (por nuestros respectivos cabellos).
Colegio, instituto e incluso Universidad en aquellos locos años en los que yo estaba convencida de que mi futuro estaba en las matemáticas (Aún las sigo amando pero más como hobby; lo sé, estoy mal de la cabeza)... Juntas. En un eterno ni contigo ni sin ti.
Atrás quedaron aquellas promesas hechas con sangre de ser amigas para siempre; atrás quedaron peleas a gritos, lloros e incluso puñetazos que solían acabar cuando alguien intentaba meterse y... Pobrecito.
Dicen que la vida pasa, que aleja a las personas... Quizás tengan razón. La vida te aleja de las personas cuando se lo consentimos... Porque yo me fui a vivir a Barcelona, estuve en Mozambique, otra vez en Barcelona... Y al poco de volver a Madrid ella se fue a Paris hasta el año pasado... Y aquí seguimos. Y yo sabía, y ella sabía, que sólo hacía falta una llamada de teléfono, un "te necesito" para coger un avión y estar ahí.
La vida pasa, es cierto. Y ya no somos esas niñas que daban vueltas y vueltas al patio, a las que tenían que separar en clase para que no estuvieran todo el rato charlando, las que con 10 años se perdieron en la nieve en el Pirineo, las que un año después organizaron una recogida de firmas para protestar por la comida del comedor, las que estudiaban y hacían a pachas los exámenes de filosofía, las que gastaban horas y horas en el peor antro de los bajos de Argüelles, las que probaron su primer porro juntas, las que fueron de bar en bar pidiendo el chupito más fuerte que tuvieran, las que empezaban las noches yendo al "Buho" a tomar un "S.A.", las que fueron juntas a comprar su primer test de embarazo (y al día siguiente, a la misma farmacia, a por unos condones)...
Ni siquiera somos ya esas mujeres que, estando yo embarazada, se echaron a llorar en pleno metro de Madrid cuando ella me dijo que también iba a ser mamá... El destino quiso que nuestros peques se lleven sólo 4 dias...
La vida pasa, nos cambia, nos hace evolucionar. Pero ahí estamos, 29 años después de aquel primer cruce de miradas, compartiendo risas y lágrimas, victorias y derrotas, sueños e ilusiones... Porque si algo tengo claro en esta vida es que yo no sería quien soy si no fuera por ella.
Hoy y siempre, gracias Bea.

Remiendos del Pasado II

Vivimos en una época curiosa. La escritura, por fortuna, ya no pertenece sólo a un grupo de privilegiados. A principios de siglo vimos (y sufrimos) el auge de los blogs, todos teniamos uno, pequeños diarios en los que escribir lo que pensábamos, sentiamos... Compartir nuestra música favorita, nuestras fotos, etc...
Los blogs tenían la cualidad de que podían ser anónimos... Y eso ayudó a que mucha gente se atreviera a empezar a publicar cosas que si no seguramente se hubieran quedado olvidados en un rincón.
En la actualidad ha habido una subida meteórica de blogs de temática erótica (bueno algunos de erótica tienen poco y pasan a ser directamente pornos). También empiezan a dominar los libros de esta misma vertiente. ¿Cuánta culpa tiene de esto "50 sombras de Grey"? Libros eróticos (y no tan eróticos) ha habido siempre (algún día os contaré lo que me pasó con "Las edades de Lulú" pero eso es otra historia).
Quizás influyan los años, siglos, de opresión sexual, de no poder expresarnos, de contarnos el rollo de que el sexo era sólo para procrear, que las mujeres veían el sexo sólo como método de complacer a su pareja, que a ellas (nosotras) no les gustaba... Y de pronto decenas, centenas, miles.. de mujeres desean expresarse, desean gritar a los cuatro vientos lo que sus instintos le piden...
Pero, lo siento quien se de por aludido, no todos lo hacen bien. Muchos resultan repetitivos e incluso pedantes, creando personales tan vacios como ellos... Otros confunden el tener que hablar de sexo con tener que usar cada dos palabras "polla" o "coño" o "follar"... Otros son tan explícitos que parecen más un manual ginecológico que otra cosa...
¿Por qué cuento esto?Admiro mucho a las personas que son capaces de escribir y describir el sexo de una gran manera, que saben hacer relatos eróticos que realmente enganchan... Yo no escribo novelas eróticas. No me sale. Claro que en mis relatos hay sexo... Como en la vida misma. Pero no es el centro de la historia. ¿Por qué os cuento esto? Gran parte, la mayoria, de las personas que conozco que escriban lo hacen sobre relatos eróticos (Desde aquí os recomiendo que si os gusta ese tipo de relatos os paséis por vitabreviscompussui.blogspot.com.es ) y al hablar de que iba a publicar un libro muchos dieron por asumido que sería de esa temática.
Y como ya he dicho, respeto mucho a los que saben escribir en ese estilo... Quizás algún día yo lo consiga... Mientras, como suele decirse, "zapatero a sus zapatos". Sólo espero que os guste... En nada os iré contando más cosas.
Bicos. Sed felices. Muaacks

jueves, 28 de mayo de 2015

Remiendos del Pasado

No sé cuando empecé a escribir, a llenar cuadernos y cuadernos con las historias y personajes que ocupaban (que aún ocupan) mi cabeza. Sólo sé que mi casa y la casa de mis padres están llenas y llenas de cuadernos.
No soy de relatos cortos. Me cuesta resumir, simplificar. Admiro mucho a la gente que sabe escribir microcuentos, por ejemplo. Me pasa mucho en Twitter. Pienso en un tuit y muchas veces tengo que acortarlo o descartarlo. Y leo algunos tuits... Maravillosos. Que erizan la piel, que me dejan hipnotizada...
¿Veis como me enrollo? A lo que iba. Toda una vida garabateando cuadernos, escribiendo diferentes historias... Cuando estaba en el colegio ponía el nombre de mis amigos a los protagonistas. Gran error. Todos querían ser el que más protagonismo tuviera. Mal. Y es curioso como con once años hablaba del amor como si alguna vez lo hubiera sentido. Aunque, bueno, con 15 años escribía alguna escena de sexo que ahora mismo leo y alucino.
Toda una vida escribiendo. Terminando diferentes "novelas". Sin llegar a convencerme ninguna. Y de pronto llegó. "Remiendos del Pasado". Una historia que surgió tras una conversación (Como muchas otras) con mi bajista favorito, Felix. Él entonces no lo sabía pero había puesto en mi mente la semilla de todo lo que vendría después.
A veces la inspiración llega de golpe. Y no puedes dejar de escribir. Y eso me pasó a mí. De pronto en mi mente aparecieron los personajes, la historia, etc... No tenía claro el final. Nunca lo tengo claro cuando escribo. Soy una loca que deja que los personajes le lleven al lugar donde ellos mismos quieren llegar (vale, esto ha sonado muy cursi).
La vida me llevó a dejarlo abandonado. Paralizado en algun rincón. No me arrepiento. Quizás no era el momento. No recuerdo quien dijo aquello de "Cuando la inspiración llegue, me pillará trabajando". A mi eso no me vale. No me lo puedo tomar como un trabajo. No puedo ponerle horario. De pronto algo me sacude, algo me recorre y las palabras salen...
Siempre escribo primero en papel. Eso conlleva que luego tengo que autotraducir mi letruja. Soy una clásica en eso. Qué se le va a hacer...
Así que un dia volví a reencontrarme con este escrito, sin nombre aún. Mientrás, había empezado una docena (o más) de relatos. Pero volver a encontrarme con esto personajes fue, para mi, un consuelo. Volver a enamorarme de ellos, volver a odiarles, volver a sentir esa necesidad de profundizar en sus vidas...
Y la historia volvió a cobrar vida. Todo se fue dibujando en mi cabeza. Se fueron uniendo las escenas. Todo cobró sentido y, de golpe, casi mientras escribía las últimas escenas, el nombre me sacudió. Y no tuve ninguna duda. Era el nombre perfecto. La manera adecuada de cerrar el círculo. Pero eso es otra historia.
¿Y por qué os estoy contando este rollo? Fácil. Tras terminar el libro, tras repasarlo mil veces (mi hermana dice que a mi me pasa lo que dice Cesar Rodriguez en una de sus canciones "Como escribiendo me expreso bien, sin contar la ortografía") y tras tener detrás un apoyo incondicional, me he decidido a autoeditarme. Asi que, señores y señoras, éste no es el comienzo de la aventura puesto que ésta empezó en aquella conversación pero es un nuevo y emocionante capítulo de la misma.
Espero que tengais ganas de acompañarme.

lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano

Ha muerto uno de los grandes, un autor que me descubrió hace unos años una de las personas más especiales de mi vida, Félix. Hoy quiero poner un pequeño relato suyo, muy conocido pero no por eso menos importante... Le echaremos de menos. 

QUIEREME MUCHO
Los amigos de Adolf Hitler tienen mala memoria, pero la aventura nazi no hubiera sido posible sin la ayuda que de ellos recibió.
Como sus colegas Mussolini y Franco, Hitler contó con el temprano beneplácito de la Iglesia Católica.
Hugo Boss vistió su ejercito.
Bertelsmann publicó las obras que instruyeron a sus oficiales.
Sus aviones volaban gracias al combustible de la Standard Oil y sus soldados viajaban en camiones y jeeps marca Ford.
Henry Ford, autor de esos vehículos y del libro "El judio internacional", fue su musa inspiradora. Hitler se lo agradeció condecorándolo.
También condecoró al presidente de la IBM, la empresa que hizo posible la identificación de los judíos.
La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi.
Joe Kennedy, padre del presidente, era embajador de los Estados Unidos en Londres, pero más parecía embajador de Alemania. Y Prescott Bush, padre y abuelo de presidentes, fue colaborador de Fritz Thyssen, quien puso su fortuna al servicio de Hitler.
El Deutsche Bank financió la construcción del campo de concentración de Auschwitz.
El consorcio IGFarben, el gigante de la industria química alemana, que después pasó a llamarse Bayer, Basf o Hoechst, usaba como conejillos de Indias a los prisioneros de los campos, y además los usaba de mano de obra. Estos obreros esclavos producían de todo, incluyendo el gas que iba a matarlos.
Los prisioneros trabajaban también para otras empresas, como Krupp, Thyssen, Siemens, Vart, BOsch, Daimler Benz, Volkswagen y BMW, que eran la base económica de los delirios nazis.
Los bancos suizos ganaron dinerales comprando a Hitler el oro de sus víctimas: sus alhajas y sus dientes. El oro entraba en Suiza con asombrosa facilidad, mientras la frontera estaba cerrada a cal y canto para los fugitivos de carne y hueso.
Coca-cola inventó la Fanta para el mercado alemás en plena guerra. En este período, también Unilever, Westinghouse y General Electric multiplicaron allí sus inversiones y sus ganancias. Cuando la guerra terminó, la empresa ITT recibió una millonaria indemnización porque los bombardeos aliados habían dañado sus fábricas en Alemania.

martes, 7 de abril de 2015

sólo sentir

Su corazón iba a mil por hora. Le costaba hasta respirar. Estaba empapada en sudor. Notaba como por su espalda decenas de gotas hacían carreras hasta llegar a su trasero, se mordió el labio inferior en un intento de ahogar el gemido, pero un ronroneo grave salió de lo más profundo de su garganta. Notaba su peso encima de ella, apretándose, rozando, golpeando... Todos esos lugares que ella deseaba que él le tocara, le apretara, le rozara, le golpeara. Giró. Haciéndole girar a él también. Ella arriba, él abajo. Y él se rió. Todo era un juego. Al final todo se basaba en eso. Dominador y dominante. Dominante y dominador. Intentado intercambiarse los papeles, intentando rebelarse contra la dominación. Y otra vuelta. Y él arriba y ella abajo. Y las piernas de ella rodeando la cintura de él. Y esa extraña conexión. Esa extraña conexión que no siempre existe. Ese movimiento al unísono. Y caer sobre ella. Aún jadeando. Y notar su corazón palpitando a gran velocidad, y notar el de ella latiendo contra su pecho. Y cerrar los ojos y no pensar, sólo sentir...